(Una sola vez) — ¡Caramba! Estás hecho(a) todo(a) un(a) Arisen. Nada que ver con los farsantes que ha rondado por la ciudad últimamente, todos pegándose por una moneda. No, tienes el aspecto de ser alguien a quien se le puede confiar una tarea.
— Aun así, menudo susto, ¿no? Ahora que el dragón anda suelto, todo el mundo se está preparando para cuando llegue el largo combate. Si fuera un poco más joven, yo mismo iría a conseguir uno o dos colmillos como trofeo. Pero, ahora que has llegado tú, no osaría robarte ese momento de gloria.
— Ya veo que estás muy ocupado(a), amigo(a). Tómate todo el tiempo que necesites. Verdaderamente, el ser humano es una criatura maravillosa. Incluso en estos tiempos tan difíciles, abundan los deseos. Allí donde podría reinar la desesperación, surgen los sueños en su lugar. Fíjate en lo que digo: mientras el hombre siga teniendo sueños, este mundo seguirá adelante. Por eso, la gente que se ocupa de convertir los sueños en realidad son los salvadores del mundo, ¿verdad? Gente como tú y como yo. ¡Es un trabajo que merece la pena hacer!
(Al entregar resultados) — Ah, así que has cumplido el encargo. Maravilloso, maravilloso… Toma, amigo(a). En pago por tus servicios. ¡Como siempre, es un placer!
(Una sola vez) — ¿Mason? Sí, conozco a ese hombre... Está metido en líos con la Salvación esa tan famosa, aunque no es propenso a contar detalles. Bien poco puedo añadir al respecto. Nos trae noticias de tierras vecinas y yo le pago contándole viejas historias de guerra. Eso es todo.
— Hola, amigo(a). ¿No tienes nada que hacer? ¿Vienes a que te cuente una de mis aventuras de juventud? De joven fui una espada de alquiler. Montaba guardia mientras estaban construyendo los bastiones y el castillo. Puse mi espada al servicio de la gran purga de trasgos de hace veinte años, sí, señor. ¿Qué me dices, amigo(a)? ¿No quieres que me una a tu Cacería de la Sierpe?
— ¿Conoces el túnel en la cantera que hay al sur de aquí? Es lo más parecido a la guarida de un monstruo, aunque dicen que antaño era el escondite de un tesoro legendario. Al menos, eso recuerdo haber oído alguna vez...
— Al oeste del extremo sur de Gransys se alzan las tristes ruinas de un castillo. Son obra del último dragón. Atacó hace 50 años y la tierra es ahora yerma. Hasta el más robusto de los bastiones es un castillo en la arena cuando aparece el dragón, me temo.
— ¿Has visto la torre al noroeste de la orilla, amigo(a)? Sobre el cabo. La Torre de la Luna azul fue construida por una generación de duques de Gransys como testamento de su poder. Ahora se ha convertido en un hogar para monstruos. Dicen que el camino que lleva a su base no es mucho mejor.
Durante Un mal negocio:
¿La tienda de Madeleine? Claro, todo el mundo la conoce. Compró el sitio cuando el propietario anterior salió huyendo del dragón y, poco después abrió el negocio. Tiene buena cabeza para los números... Un poco tacaña con el crédito, me atrevería a decir. Es extraño que haya cerrado de forma tan precipitada. Apostaría a que esta historia es más complicada de lo que creemos.
